jueves, 17 de febrero de 2011

Donde reside lo cuqui: Lo sabios (1984)

Podemos darle todas las vueltas que deseemos, podemos marear la perdiz hasta obligarla a echar la primera papilla, podemos difrazarlo de mil ropajes, nobles o pordioseros, pero al final, cuando nos llegue el momento de hacer balance, cuando nos miremos las manos a ver que llevamos entre ellas, no nos quedará más remedio que admitir, tal vez algo azorados, que lo cuqui tiene corazón; que lo cuqui es un sentimiento que nace de lo más hondo, y por tanto de lo más sincero, de nuestro ser. Lo cuqui se instala en la memoria, habita en el recuerdo y vive en aquel espacio lleno de nostalgia y anhelo que se enreda y se confunde con lo que somos y lo que fuimos, acaso con lo que siempre soñamos ser. Porque lo cuqui se teje y se desteje en retazos de emociones, en fragmentos altamente inflamables que nos prende desde dentro y nos consumen hasta la raiz. Pedacitos como este de los Los sabios, uno de los fetiches más secreto de mi cuquinfancia, tesoro desconocido que muy pocos, siquiera entre los de mi generación, o tal vez especialmente entre los de mi generación, se atreven a recordar.


¿Tendréis el valor de negar, CuquiFichaRosa y Cuquifashion, que jamás ha existido ni existirá un muñeco más cuqui que el sonrosado, mutilado y asexuado M.I.M.? ¿Podréis desmentir, sin menoscabo de vuestro honra, la evidencia de que si lo cuqui hubiera de tomar forma humana para hacerse presentadora de televisión adoptaría sin vacilar las medidas, las echuras y las dotes interpretativas de nuestra cuquipaisana Isabel Gemio, entonces Isabel Garbí? ¿U os atreveréis a poner en duda, jurando por vuestro buen nombre, que nunca se ha visto en televisión un concursante tan cuquiadorable, tan despierto y tan precoz como el niño Adolfo Álvarez? Pues no os desgastéis en luchar contra lo inevitable, admitidlo todo y disfrutad de Los sabios: donde reside lo cuqui.

-Mama,mama, sin manos...

4 comentarios:

  1. Una entrada cuquicuquísima: me ha hecho saltar una cuquilágrima de nostalgia, de mirar dentro de mi cuquiser, de profundizar en mis cuquiinterioridades como cuquiente, en mi cuquialma... gracias Cuquificharojilla. Perdon, quería decir cuquigracias.

    ResponderEliminar
  2. Qué falta de naturalidad la de la Gemio, antes y ahora!

    ResponderEliminar
  3. Yo ni lo cuquirecuerdo ni na, de hecho creo que sólo se emitía en tu casa. Creo, eh.

    Cuqiisabel Gemio, lo más. Siempre he pensado que tiene espíritu de tonadillera, demasiado teatrera en todo.

    Cuquibesos!

    ResponderEliminar
  4. No puedo dejar pasar el momento de comentar el cuquiestilismo de la Gemio, esas cuquihombreras!!

    ResponderEliminar