lunes, 28 de febrero de 2011

Los Nabucodonorsitos

No sé si para los que nacimos en los 80 o simplemente para esta cuquifirmante, hay algo que falta en la anterior entrada, porque CuquiFichaRojilla, agradezco tu entrada y tu llamamiento a ese rincón que todos tenemos en el que hemos guardado cuantas cosas nos recuerda a nuestra cuquinfancia, pero olvidaste a los grandes entre los grandes, aquellos que me tenían pegada a escasos 50 centímetros de la pantalla, de cuquirodillas y sin pestañear. Me refiero a los Nabucodonorsitos.


Cuquis, supongo que a estas alturas y sobretodo tras ver la foto ya sabeis de quién hablo, si no es así, os daré alguna pistilla más, estos cuquisdegomaespoma y con ojos saltones (o fuera de la cara) vivian en la maceta de los apreciados Epi y Blas, era una diminuta familia de insectos la mar de graciosos con una voz muy peculiar.



Esta cuquifamilia estaba compuesta por:

Tomas, de azul y con melena despistada era el padre.
Tessie, con un tono violeta la mar de cuqui, la madre.
Timmy desafiando las leyes de Mendel (del violeta y azul no podría salir nunca) con un tono naranja y rosa, el hijo pequeño.
Y por último y no menos importante, Tina, también chuleando a Mendel, de magneta rojizo (si no sabéis que cuquicolor es, viene siendo como burdeos)







Os dejo un vídeo por si aún no habéis recordado bien quiénes son estos cuquiseres. Cada capítulo iba dedicado a una nueva aventura, como ir al zoo, colgar un sello a modo de cuadro, o salir de una habitación.




Y sin más os deseo una cuquisemana de lo más cuqui.




¡¡Cuquibesos para todos!!

martes, 22 de febrero de 2011

Yo crecí en los 80

No creo que vosotros, que habéis crecido en décadas distintas a la mía, una en los tiempos abundantes de los Oliver y Benji, Dragon Ball y el Vip Noche de Emilio Aragón y Belén Rueda, y el otro en los años plácidos y tranquilos del cuentamé, podáis comprender mi fijación por todo lo relacionado con los 80. Sí acaso podría el letrino Davidchip, pero Davidchip, como si de un kryptoniano sol rojo se tratara, jamás podrá superar la sobrecuquiexposición a lo cuqui de este blog.

Así que no lo vais a entender, pero que queréis que os diga, la de los 80 es la cuquidécada por excelencia, la
Cuqui epoqué; tanto que sí alguna vez se instaurara en las facultades españolas la carrera de Ciencias y Artes de la Cuquilogía, titulación que me parece incluye en su programa electoral el M.S.R., los de mi generación seríamos distinguidos automáticamente con la concesión del Doctorado Honoris Causa en la materia. Así que no os quejéis, que bastante normal soy para haber sobrevivido a esos años. Por si alguna vez gana las elecciones el M.S.R., aquí os dejo el programa de la titulación:

lunes, 21 de febrero de 2011

Cuquiestilismo

No se puede mentar a cualquier cosa cuqui y no hablar de él. De hecho creo que si pienso en algo cuqui la primera imagen que llega a mi mente es ésta:


Josie

Hace tiempo le conocí en la tele, un día haciendo uno de esos "pases" de canal sin sentido alguno, no pude evitar pararme al verle. Él, su estilo y su forma de hablar, todo tan cuqui. Aquel programa se llamaba algo así como "El armario de Josie" cosa que me hizo bastante gracia, no sabía exactamente que cuquiconnotación podía llegar a tener "armario" al ir en la misma frase que Josie, pero pronto lo descubrí.

Josie es un ser peculiar, cuquiestiloso, siempre pendiente de las últimas cuquitendencias.


Pero esta vez, no seré yo quien os las cuquicuente, sino el mismisimo Josie.










Y hasta aquí los cuquiconsejos de hoy.

¡Cuquibesos para todos!

sábado, 19 de febrero de 2011

Cuqiestilismo

¡Hola Cuquilectores!

Hoy me gustaría hablar de un cuquiestilazo de moda que no pasa, por mucho que pasen los años.
Este cuquiestilo es propio de señoras de más de 40 años aunque ocasionalmente se han podido ver jovenzuelas llevándolo.
No todo el mundo puede llevarlo, yo mismamente lo he intentando y no soy capaz, podéis intentarlo si queréis, pero es cuquicomplicado, por lo que os aconsejo que lo cuquiintentéis a solas, o con el menor número de público posible (como el intento de sostener una cucharilla en la nariz mientras te pones bizca o el cuquintento de andar con libros en la cabeza, debo decir que es más fácil si estos van en una mochila)
A estas alturas, probablemente os esteis preguntando de qué cuquiestilismo se trata, pues bien, os lo diré.

El cuquiestilismo consiste en llevar la chaqueta sobre los hombros, sin meter los brazos por las mangas, pensareis que es fácil, pues no. Realmente es muy difícil. Porque estas cuquiseñorasexpertas son capaces de llevarla así en todo momento y levantar los brazos y moverse sin ningún tipo de complicación y la chaqueta en todo momento permanece sobre los cuquihombros.
Debo admitir que no soy la única cuquifanática de este estilismo, y por ello os hago partícipes de un grupo de facebook:

Señoras q van a misa con la chaqueta sobre los hombros sin pasar las mangas




http://www.facebook.com/group.php?gid=327056637239
Evidentemente yo, me he hecho cuquifan.
Cuquibesos Fashion!!

jueves, 17 de febrero de 2011

Donde reside lo cuqui: Lo sabios (1984)

Podemos darle todas las vueltas que deseemos, podemos marear la perdiz hasta obligarla a echar la primera papilla, podemos difrazarlo de mil ropajes, nobles o pordioseros, pero al final, cuando nos llegue el momento de hacer balance, cuando nos miremos las manos a ver que llevamos entre ellas, no nos quedará más remedio que admitir, tal vez algo azorados, que lo cuqui tiene corazón; que lo cuqui es un sentimiento que nace de lo más hondo, y por tanto de lo más sincero, de nuestro ser. Lo cuqui se instala en la memoria, habita en el recuerdo y vive en aquel espacio lleno de nostalgia y anhelo que se enreda y se confunde con lo que somos y lo que fuimos, acaso con lo que siempre soñamos ser. Porque lo cuqui se teje y se desteje en retazos de emociones, en fragmentos altamente inflamables que nos prende desde dentro y nos consumen hasta la raiz. Pedacitos como este de los Los sabios, uno de los fetiches más secreto de mi cuquinfancia, tesoro desconocido que muy pocos, siquiera entre los de mi generación, o tal vez especialmente entre los de mi generación, se atreven a recordar.


¿Tendréis el valor de negar, CuquiFichaRosa y Cuquifashion, que jamás ha existido ni existirá un muñeco más cuqui que el sonrosado, mutilado y asexuado M.I.M.? ¿Podréis desmentir, sin menoscabo de vuestro honra, la evidencia de que si lo cuqui hubiera de tomar forma humana para hacerse presentadora de televisión adoptaría sin vacilar las medidas, las echuras y las dotes interpretativas de nuestra cuquipaisana Isabel Gemio, entonces Isabel Garbí? ¿U os atreveréis a poner en duda, jurando por vuestro buen nombre, que nunca se ha visto en televisión un concursante tan cuquiadorable, tan despierto y tan precoz como el niño Adolfo Álvarez? Pues no os desgastéis en luchar contra lo inevitable, admitidlo todo y disfrutad de Los sabios: donde reside lo cuqui.

-Mama,mama, sin manos...

Cuquipolémicas: Justin Bieber vs. Esperanza Spalding

Sucedió el pasado domingo en la entrega de los cuquipremios Grammy. Saltó la polémica: la contrabajista, cantante, profesora y compositora Esperanza Spalding le cuquitó el más que merecido (según sus fans) cuquipremio al artista revelación al cantante Justin Bieber. Acto seguido, los seguidores, las seguidoras y también los y las fans del quinceañero atacaron a la contrabajista en el cuquitwiter. Desde el blog más cuqui de todos los blogs cuquis no sólo vamos a entrar en la polémica, sino que vamos a nombrar a Esperanza Spalding candidata a nuestro galardón VCP (Very Cuqui Person) del mes. Cuqimotivos no nos sobran.

En primer lugar, echemos un vistazo al vídeo del día de actos: ¿alguien cuqui puede ser capaz de llevar ese traje con esos tonos, con esa camisa, con esa pajarita? ¿Con ese peinado? No, no, no y mil veces no.


Pasemos ahora a examinar a los dos implicados. En primer lugar nuestra cuquicontrabajista favorita: Esperanza Spalding.


Lo sentimos mucho, Justin, pero no hay color. ¡Qué tacones! ¡Qué gafas! ¡Qué pelo! ¡Qué posición de la mano izquierda! Incluso su instrumento: no es normal, es de diseño... ¡es un cuquicontrabajo! Además, ¿qué hace? Cantar alguna de sus cuquicanciones brasileñas. Pero qué postura, qué porte el de su cabeza, qué inclinación tan justa. Cuquipostura, cuquipose... Esperanza es cuqui. La más cuqui del momento.



Sin tener intenciones de ofender: ¿alguien nos puede decir de qué pueblo de Pensilvania ha salido este mozuelo? Aquí lo tenemos, amenazando con el dedo, con una boca de la que parece que sólo pueden salir insultos o acaso de la que cuelga un chupete. ¿Y esa especie de capucha? ¿Y ese ir descamisado? Creo que todos convendrán con nosotros en que Justin Bieber no sólo no es cuqui, sino que es un modelo que todo el que quiera ser cuqui debería evitar a toda costa.



Por los motivos antes expuestos, a las pruebas nos remitimos, desde el blog más cuqui de todos los blogs cuquis, nominamos a Esperanza Spalding a candidata al título de Very Cuqui Person para el mes de marzo de 2011. Si resulta afortunada con el galardón, ya le avisaremos para que se pase a recoger el diploma y el premio que no puede ser otro que una cuquigalleta.

En cuanto a Justin Bieber... le damos directamente el título de NoCuquiPerson del mes y le recomendamos que despida a su estilista y también a su peluquero, a su sastre y a quien le haga la manicura.

CuquiVerano Azul

Y yo, sigo rememorando mi niñez, de cuqui entre los caquis destaca el mítico CuquiVerano Azul, archiconocida serie en la que Chanquete moría cada verano, con su consabido nudo en la garganta e incipientes lágrimas, porque ¿quién no ha crecido llorando su muerte? Yo sí, aunque debo confesar que los primeros años no mucho, se ve que por aquel entonces no era tan cuqui como soy ahora, comencé a llorar el día que mi hermana, (más cuqui que yo) me acusó de insensible por no llorar, abalada por palabras que no recuerdo pero que me hicieron sentir tan cuquimal que empecé a llorar sin parar.

De cuquiverano azul recuerdo muchísimas cosas, esas bicis tan caquis con todos esos niños cantando, silbando y pedaleando a la vez mientras hacían cuquieses, para hacerlas hay que ser realmente cuqui, yo lo he intentado y hasta ahora no he perfeccionado la técnica. ¿Y qué decís de las cuquibicis? Las BH, qué preciosas eran, supercuquis, con sus cestitas, sus lacitos para los manillares y la mía, como no, en color cuquirosa.


Los protagonistas, cuquis todos, Pancho con ese halo macarra que a las cuquis tanto nos va, Javi, marra de pelas, tambien cuqinteresante, Piraña, Tito y Quique, cuquiadorables, Desi y Bea cuquisimas, Julia tan cuquihippie y Chanquete cuquimarinero.
Es una serie que a pesar de los años siempre estará en nuestros corazones, como chanquete y aquel cuquimítico "¡No, no nos moverán!"



En fin, que estoy deseando que llegue este verano para cuquihincharme a llorar, rememorando el cuquiverano azul y por supuesto la muerte de Chanquete no sin antes gritar con todas mis fuerzas al ritmo de la guitarra de Julia ¡No nos moverán!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Cuquiliteratura popular

Además de lanzarse al vacio desde la azotea de casa, bailar mashed potato al ritmo del Dancing in the street de Martha & The Vandellas, sacar a pasear al cuquiperro y tomarse unas cuquicuquis mientra disfrutan en el VHS con la antología de los mejores momentos de Leticia Sabater, a la cuquicomunidad también le encanta, qué digo le encanta, le apasiona, le maravilla leer. Porque la cuquicomunidad adora emocionarse con intrigas trepidantes, con sorprendentes secretos milenarios, con maquinaciones de Hermandades que dominan el mundo en la cuquisombra y con azañas de intrepidos investigadores que les chafan los planes. ¡¡¡A la cuquicomunidad le entusiasma Dan Bronw!!! Normal, por otra parte, porque, ¿que otro autor que Cuquibrown te ofrece novelas tan bien documentadas, con una prosa tan elaborada, con unos personajes tan complejos y unas tramas tan realistas? Mejor aun, ¿que otro escritor te permite hacerte tus propias novelas de Cuquibrown sin que nadie note diferencia alguna? Pues el único, el inigualable, el genio de códigos y demonios. Para que entendáis a lo que me refiero os voy a invitar a probar la cuquimáquina de hacer cuqinovelas de Cuquibrown y ya me diréis si tengo o no tengo razón.

Por dios, que alguien le de el puto premio nobel a este hombre de una jodida vez.


martes, 15 de febrero de 2011

¡¡Vitamina L!!

Puestos a rememorar cosas cuiquis, como hacen mis cuquiamigos, yo propongo rememorar a la grandísima cuqui entre las cuquis, Leticia Sabater.
Cuantas mañana me habré levantado con ella, vestida con ropa ceñida, haciendo movimientos cuquielásticos con las piernas para un lado y para otro. Qué estilo, qué profesional, porque seamos cuquisinceros, no es nada fácil hacer estiramientos con un minúsculo vestido a las 7 de la mañana y sin enseñar ni un milímetro de lo prohibido.

Cuantas veces habrá sonado en nuestras cabezas aquello de: " ¡A medio día... con alegría!" frase cuqui donde las haya, la verdad. Y no sólo ella, varias han sido las frases que yo he usado a lo largo de mi vida gracias a su presencia:

- ¿Tú que ere, buitre o palomi?
- ¡¡Vitamina L!!
- Calendario Chuli- CHU LI
- ¡¡Okey Mackey!!
- El leti-rap
- ¡¿Qué pasa coleguis?!

En fin, que podría escribir y escribir sobre ella y cuanto aportó a nuestras vidas, pero la verdad, prefiero bailar. ¡Venga cuquilectores, calzaros las zapas y un poco de vitamina L! ¿ya estais? pues ahora a dar rienda suelta a vuestra alegría, ¡Comienza el cuquirap!






¡¡Cuquibesos para todos!!

Cuquibailes de los 60: Dancing In The Streets



Las verdaderas, las únicas, las cuquimpepinables Martha & The Vandellas con su mítico "Dancing in the Streets" y el cuquibaile que este tema era capaz de desencadenar (obsérvense a las tres parejas antes de que aparezcan Martha Reeves y las dos Vandellas).

lunes, 14 de febrero de 2011

Cuquibailes de los 60: Mashed potato

Sé que me estoy internando en una región de lo cuqui de la que es fácil no retornar jamás; soy consciente de que es tal la inmensidad de bailes cuquibailables por catalogar que la sección merecería por sí sola un blog completo. Pero valiente -o temerario- como soy, voy a hacerlo, voy a presentaros uno de los bailes cuquis que más me soliviantan el ánimo: el mashed potato. Cierto es que no tiene la fuerza, ni la belleza, ni la intensidad, ni la sensualidad, ni el lirismo, ni el dramatismo de la experta Ana bailando el No entres en mi feisbuc por los pasillos del ministerio de fomento -ahora comprendo lo de la crisis-, pero tampoco me podréis negar que tiene su cuquiaquel.

Para los iletrados os contaré que el mashed potato, que es principalmente un plato, una receta, fue popularizado como baile en los EE.UU. por la cantante Deep Deep Sharp con su singel Mashed potato Time, número 1 del Billboar en abril de 1962:



Según la wikipedia el baile consta de los siguientes movimientos: "(...) se comienza dando un paso hacia atrás con el talón de un pie inclinado hacia el interior. El pie se coloca ligeramente por detrás del otro pie (fijo). Con el peso en la planta del pie de partida, el talón debe girar a continuación hacia el exterior. El mismo proceso se repite con el otro pie: un paso atrás con el talón hacia dentro y pivoteando hacia fuera, y así sucesivamente. El patrón se continúa con tantas repeticiones como se desee. El paso se pueden incorporar en báiles diferentes, ya sea como una rutina por separado o como un estilo estándar."

Si no os queda suficientemente claro, aquí tenemos otro video demostrativo que nos introduce en sus secretos paso a paso:



Y aquí podemos verlo ejecutado a cámara lenta:



No están nada mal, pero con todo, mi mashed potato dancer favorita es, y por mucho, la inolvidable Cass Eliot, la mama Cass de The mamas & the papas, la única que con su perfecto mashed potato le daba algo de ritmo al grupo, porque vaya tela con la Michelle Phillips, que muy guapa y todo lo que queráis, pero nomás parece que se hubiéra tragado el palo la escoba. Mirad, mirad:




Cuquiprecioso.

Cuquirelaciones virtuales

Admitámoslo de entrada, todo lo relacionado con lo virtual, con ese réino mágico lleno de luz y de color que es el de los tuiters, feisbucs, blogers, mesenllers, tubos, mulas, seriesyonkis y rojasdirectas está tocado de un hálito cuquiguay de atractivo casi insuperable. Porque además a día de hoy es prácticamente imposible merecer el distintivo de cuquipersona si no se es alguien en alguno de estos multiversos entrecruzado. Ya lo dijo el poeta: "Los dioses nos proveen de desgracias para que podamos contarlas en el feisbuc". Pero cuidado, no todo lo que se hace en la red es cuquiguay molamazo una barbaridad de por sí. Las cuquirelaciones virtuales también tienen sus reglas, su léxico y su gramática, sus estatutos y convenios colectivos que hay que respetar a rajatabla. Por ejemplo, en este video, remitido por la experta Ana, se nos advierte de los diversos tipos de perfiles virtuales posibles y de su mayor o menor correlación con lo cuqui. Como destaca la propia experta Ana, seguramente la expresión más acabada de lo cuqui en este video se encuentre en esa provocativa señora que tuitea escotada mientras da cuenta de su chupachups, aunque para mí que el cuquibotellón tampoco es manco.



Además como lo cuqui también se puede definir a través del descarte -Rene- de todo aquello que no lo es, aquí tenemos, de nuevo cortesía de la experta Ana, una serie de prácticas feisbuqueras que hay que tratar de evitar a toda costa, so riesgo de tener una vida social más triste que la del fantasma de la ópera.


Más vale llegar a tiempo que rondar un año...

Galleta Cuqui
Fotografía de Ainhoa Gomà
Y es que resulta que según leo en el blog el comidista, hoy a la noche pretenden hacer las "cuquis" más grandes de todas las "cuquis". Pero no lo lograrán al menos con los blogs, porque este es el blog más cuqui de todos los blogs. Lo sentimos mucho. Ya lo dice el refrán: más vale llegar a tiempo que rondar un año.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cuquijuegos rusos

Como sea que el concepto de lo cuqui se manifiesta entre nosotros de una manera tan eterea, tan difusa y de tan difícil teorización; como sea que todo intento de elaboración franca de un modelo general que englobe al conjunto completo de todos los casos cuquimórficos posibles ha fracasado con estrépito hasta ahora, obteniendo por resultado el más absoluto de los bochorno, nuestro equipo de investigación, liderado por el Profesor emérito Pachi Tapiz y auxiliado, de momento, por la experta en cuquiciencias de la educación, Ana, y el erudito en chismes, rumores y medias verdades, Alan Moore, va a trabajar con denuedo por implementar un protocolo de acercamiento al problema en cuestión más sesgado, más diagonal y más ladino que los utilizados en ensayos precedentes. En lugar de pretender obtener primeramente, como ha sido norma hasta el momento, los parametros comunes a todo lo cuqui de forma que permitan la ansiada elaboración teorética del concepto, elaboración que después, una vez homologada, pueda servir como herramienta metodológica para el reconocimiento de todo aquello que cumple con los requerimientos oportunos de la cuqueidad, nosotros trataremos, por contra, de listar primero, caso por caso, el conjunto integro de los cuquifenómenos para sólo una vez catalogados y archivados en su totalidad atrevernos a emprender la labor teorizadora.

Para nuestro empeño contamos ya con el registro de un primer accidente de lo cuqui, en este caso el cuquiperro que reporta en su investigación mañanera la experta Ana. Yo voy a añadir ahora una serie de prácticas lúdicas desarrolladas por jovenes, adolescentes y niños rusos que sin duda merecen figurar como logradas manifestaciones del cuquijuego.

Como primer ejemplo de cuquijuego aquí tenemos el tradicional -quién no lo ha jugado de pequeño- salto al vacío desde la azotea de un edificio:



Hay que reconocer que no hay nada más cuquidivertido que sentir en el rostro el viento helado de la caída, apenas interrumpido por el abrupto tacto de la mullida nieve. Ah, pero como no siempre es posible acumular la nieve suficiente para cuquijugar al salto al vacio, la inteligencia infantil ha acuñado variantes en las que se prescinde del anievizaje. Después de todo, la esencia de la diversión reside en la sensación de vuelo sin motor. Veámoslo:



Cómo se lo monta la cuquipeña esta. Aunque hasta ahora sólo hemos reportado cuquijuegos de acción, también existen diversiones idoneas para aquellos con un carácter un poco más contemplativo. Nada como disfrutar de una buena vista en compañía de los amigos:




O de una sesión de ejercicios físicos al aire libre:



Cuquitástico!!!

sábado, 12 de febrero de 2011